domingo, 17 de julio de 2016

Portugal da la sorpresa y logra su primera Eurocopa

Como si estuviera predestinado, Portugal derrotó a la anfitriona del torneo, Francia, en la final, logrando así su primera Eurocopa. Se quita así la espina de la Eurocopa de 2004, torneo en el que eran anfitriones y fueron derrotados en la final ante la gran sorpresa del mismo, Grecia. Deja de esta manera de ser la única selección "grande" de Europa sin título.

La Eurocopa se presentaba ante un panorama nuevo, ya que era la primera con 24 selecciones, y a la vez de alerta, ante la amenaza del ISIS de atentar en ella (cosa que finalmente no sucedió). Tras una primera jornada tranquila, donde Francia sufrió para derrotar a Rumanía, los problemas llegaron en la segunda, donde ingleses y rusos protagonizaron una de las imágenes más feas del torneo al pelearse en Marsella horas antes del partido. Por si fuera poco, los rusos quisieron continuar con la pelea tras el partido en el mismo estadio, lo que casi le cuesta la expulsión del torneo a la selección rusa.
Sin embargo, los aficionados también dejaron imágenes positivas para el recuerdo, como son el caso de los aficionados tanto de Irlanda como de Irlanda del Norte, las mejores del torneo sin duda. Los irlandeses mostraron un ambiente de fiesta continuo, sin llegar a producir altercados. Entre las numerosas acciones que realizaron destacan cantarle una nana en el metro al bebé de otro aficionado irlandés, festejar y cantar cada vez que un hombre se asomaba a su balcón o cantar por ABBA con aficionados suecos. Por su parte, los norirlandeses dejaron imágenes como una batalla de cánticos contra aficionados polacos (finalizando de manera cordial con un abrazo), o cantando en todos los partidos el que ya es el cántico del torneo (y posiblemente del verano), el famoso "Will Grigg's on fire" (dedicado al delantero norirlandés que curiosamente no disputó ni un minuto en esta Euro).

En el plano deportivo, los debutantes realizaron un buen papel, y únicamente Albania quedó eliminada en primera ronda (aunque logrando una victoria y quedándose cerca de clasificarse, por lo que fueron tratados como héroes). Irlanda del Norte consiguió derrotar a una de las decepciones del torneo, Ucrania, lo cual le valió, además de la diferencia de goles, para pasar a octavos. Una de las mayores sorpresas del torneo fue Islandia, un país de poco más de 330000 habitantes, (de los cuales unos 8000, el 8% de la población, se desplazó a tierras francesas) y que cuenta con muy pocos jugadores profesionales. Logró pasar como segunda de grupo tras una victoria sobre la bocina contra Austria (otra de las decepciones del torneo), para después derrotar a Inglaterra en octavos. En cuartos se cruzaron con la anfitriona Francia, contra la que poco pudieron hacer. Sin embargo, se fueron dejando una muy buena imagen y sorprendiendo a todo el continente llevando por bandera el grito vikingo.

La otra gran sorpresa fue Gales, otra debutante, que llegó a plantarse en semifinales pasando como primera de grupo y derrotando en cuartos a una de las favoritas, Bélgica. El sueño se esfumó al caer en semifinales contra la campeona, siendo esta su única victoria en los 90 minutos.

Francia quedó situada en el cuadro difícil del torneo, pues en este se encontraban Inglaterra, Alemania, Italia y España (estas dos últimas se eliminaron entre ellas en octavos). Francia tuvo, aún así, un camino cómodo hasta las semifinales, ya que jugó contra Irlanda en octavos e Islandia en cuartos. En semifinales, le tocó verse las caras con Alemania, a la que consiguió derrotar a pesar de que esta era la favorita.

Portugal tenía a priori un grupo muy fácil (con Hungría, Islandia y Austria), sin embargo, no logró ganar ningún partido (empató los tres), y pasó in extremis como una de las mejores terceras. En octavos, derrotó a Croacia (selección que había mandado a España al cuadro difícil tras derrotarla en la última jornada) en los últimos minutos de la prorroga. En cuartos le tocó medirse con Polonia, a la cual eliminó por penaltis. En semis derrotó a Gales en su única victoria en los 90 minutos.

Portugal y Francia se encontraban en la final de París, con los franceses como favoritos, más aún cuando la estrella portuguesa Cristiano Ronaldo se lesionó en los primeros minutos del encuentro. A pesar de esto, los franceses se toparon una y otra vez con la defensa portuguesa (en especial con Pepe) y con un espectacular Rui Patricio. El partido se fue a la prórroga tras la mejor ocasión francesa, un disparo al palo de Gignac. Ya en la prórroga apareció el héroe inesperado de los portugueses, Éder, el cual apenas había jugado. Con ambos conjuntos esperando los penaltis, el luso se sacó un derechazo de la manga para batir a Lloris y darle a su selección su primer título internacional.

Finalizaba así una Eurocopa marcada por la extrema seguridad ante un posible ataque terrorista, las sorpresas deportivas, las peleas entre algunas aficiones, las decepciones por parte de selecciones de las que se esperaba más, el miedo a perder que solía surgir cuando arrancaba la prórroga y la sensación de que la ampliación en el número de equipos es un acierto, ya que le da la oportunidad a selecciones que no están habituadas a clasificarse a estos torneos a hacerlo, ya sea por primera vez o regresando tras mucho tiempo.

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