martes, 11 de octubre de 2016

El caso Piqué: Opinión

Si hay un jugador que es criticado por todo lo que hace con su selección nacional ese es sin duda Gerard Piqué. Y no es precisamente por su juego, ya que está posiblemente en el mejor momento de su carrera, sino por acciones ajenas al partido en sí, como gestos malinterpretados. 
Haga lo que haga es mirado con lupa y juzgado por el pueblo, entre el cual se cuela (muy de vez en cuando) algún que otro periodista con ganas de crear polémica porque sabe que eso vende. Unos periodistas que, gracias a eso, han puesto a gran parte de los españoles en contra del jugador por como piensa (y posiblemente por donde juega).

El episodio de las mangas (las cuales se cortó el jugador porque le molestaban y que NO tenían ningún ribete con los colores nacionales) es solo uno más de una larga lista a la que hay que sumar su "corte de mangas" durante el himno (aunque se demostró que solo se chasqueaba los dedos) o mirar al suelo cada vez que este suena (lo cual es considerado por algunos "iluminados" como una ofensa o falta de respeto).
Esto acaba manchando la imagen de un jugador que siempre ha acudido con la selección cuando se le ha llamado, y ha dado el máximo cada vez que se ha enfundado la camiseta nacional. Si no quisiera representar a España, no hubiera acudido nunca a una convocatoria (como fue el caso de Oleguer, en una época en la que el independentismo catalán no era lo que es hoy).
La persecución mediática en la que se ha visto envuelto ha logrado por fin su objetivo, conseguir que el propio Piqué escogiera fecha para su retirada de la selección. Esta, de seguir con esta idea, tendría lugar tras el Mundial de Rusia 2018, con tan solo 31 años (edad ni mucho menos alta tratándose de un central). Esta decisión ha traído consigo numerosas reacciones, siendo muy celebrada por aquellos que lo desprestigiaron por "no sentir los colores", aunque alguno de ellos no tenga reparos en enfundarse la elástica portuguesa y envolverse en su bandera cuando la ocasión lo requiere.
El caso de Piqué es solo una muestra más de que el periodismo deportivo va de mal en peor. No importa que la noticia sea mala y muy criticada mientras genere visitas. El dinero está por encima de la veracidad y la calidad. Aunque gran parte de esto es culpa nuestra, ya que somos nosotros los que consumimos ese "periodismo basura", y mientras haya demanda, este seguirá existiendo (incluso aumentando).
Nosotros somos el problema, pero también la solución. Si dejamos de consumir este "periodismo", desaparecerá. Un periodismo veraz y de calidad es posible, y es nuestro deber (sobre todo de los futuros periodistas como yo) hacerlo realidad.

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