Pirelli fue la sorpresa del Gran Premio de Gran Bretaña, y no fue por algo bueno. Todo comenzó la jornada del viernes, cuando la rueda trasera izquierda del coche de Sergio Pérez reventó sin saberse como.
Pero no fue el único caso. En la carrera, se dieron cuatro casos más: El primero fue el de Lewis Hamilton, cuya rueda reventó cuando lideraba la carrera, el segundo fue el de Felipe Massa, que ocurrió unas vueltas más tarde; el tercero fue el de Jean-Éric Vergne, y el último fue otra vez Sergio Pérez a punto de acabar la carrera. Lo curioso es que a todos se les reventó la rueda trasera izquierda.
La explicación de Pirelli durante la carrera fue que los pianos los estaban cortando, algo raro, ya que los pianos del circuito de Silverstone no se cambian desde el año 2009 y nunca se había dado este caso, ni con los Bridgestone ni con los Pirelli.
Después de la carrera, dijeron que tenían una presión muy alta y estaban mal colocados, ya que estos indican con las letras R y L (right y left) donde colocarse, echándoselo en cara a los equipos.
Para el Gran Premio de Alemania, decidieron recuperar los compuestos usados en China, pero los pilotos siguen preocupados. La mayoría (salvo Raïkkönen y Sutil) han dicho publicamente que si vuelve a ocurrir un caso similar, no correrían, ya que podría morir alguien.
Pirelli lleva en el mundial desde el año 2011 y nunca había ocurrido esto. Ante la posibilidad de un nuevo caso la FIA ha decidido encargarse personalmente de los neumáticos y de controlarlos.
Tras todo esto, y la posibilidad de que Michelin vuelva al mundial, es posible que el año que viene tengamos otro suministrador de neumáticos (que también tuvo sus problemas en su etapa en la Fórmula 1, sino recuerden el Gran Premio de Estados Unidos de 2005 en el que solo compitieron los equipos que portaban neumáticos Bridgestone: Ferrari, Jordan y Minardi).
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